1850 METROS
SOBRE EL NIVEL DEL MAR
SOBRE EL NIVEL DEL MAR
DOS ESTACIONES
Cada año, cuando llega el frío al valle Ziller en Austria y las primeras nieves cubren los agrestes picos de los Alpes, Gerald y su hijo Hans-Jörg preparan para el invierno su cabaña en el Stackerlalm. Después bajan su ganado desde el monte Alm, situado a 1850 m de altitud, hasta el valle. Pero, tan pronto como la nieve vuelve a derritirse, regresan a la montaña, “Ese es nuestro trabajo, explica Gerald Hotter, es lo que hacemos todos los años.
LA FORMA TRADICIONAL
La cabaña y los pastos son propiedad de la familia desde hace siglos. Aquí es ya una tradición cuando preparamos el forraje en verano, los Hotter están en el Alm con su ganado. Allí se produce la mejor leche del año, añade Gerald Hooter. Tiene la máxima cantidad de ingredientes y de grasa porque las vacas sólo se alimentan de buen pasto. Y en el pastizal de 120 hectáreas crece pasto de sobra para alimentar a las trece vacas lecheras y los nueve terneros de los Hotter.
MÁQUINAS QUE AYUDAN
La vida solía ser dura arriba en el Alm. No había carreteras ni caminos y la gente hacia todo el trabajo manualmente, Hans-Jörg recuerda cómo lo hacía su abuelo. El estiércol se sacaba en cestas, el pasto se segaba con una guadaña y la paja se ataba en pacas que debían ser transportadas hasta el establo sobre la cabeza. Hoy limpiamos con una áquina, y la paja también la transportamos con una máquina. Esto nos ha hecho la vida mucho más fácil.

ANTIGUAMENTE NO HABIA NI CARRETERAS NI NADA. TODO TENÍA QUE SER TRANSPORTADO SOBRE LA ESPALDA Y CAMINANDO. ERA UN TRABAJO FÍSICAMENTE MUY DURO.


LA CARRETERA LO CAMBIÓ TODO
La carretera al Alm fue construida hace veinte años, y transformó la agricultura tanto como la maquinaria. Antes, todo era transportado por un primitivo teleférico y el ganado era subido por una senda escarpada. Ahora todo es mucho más accesible. Si un animal sufre un accidente y se parte una pata, explica Hans-Jörg, ahora es posible bajarlo rápidamente hasta el valle. No es necesario sacrificarlo en la montaña al no existir otra alternativa.
PANCETA PARA VIAJEROS CANSADOS
En la actualidad, las únicas personas que suben andando desde el valle son los excursionistas. Andando se tarda unas dos horas y media. En Stackerlalm, los visitantes pueden disfrutar de un plato de panceta, queso, pan y mantequilla caseros, servidos por su anfitrión alpino Gerald. Los Hooter crían cuatro cerdos al año para carne y tocino, y la esposa de Gerald fabrica su propio Zirbenschnaps, un licor típico de la zona fabricado con resina de pino. Gerald asegura que cada vez más gente esta redescubriendo los productos auténticamente naturales, y sólo por esa razón visitan el Alm.
TAN ALTO COMO PUEDE
La familia disfruta viviendo en plena naturaleza. Hans-Jörg piensa que las cuidades son interesantes, pero no se imagina viviendo en una. Explica que cuando se bebe el café del desayuno, necesita ver las montañas y el paisaje para subir hasta arriba. Algunas mañanas de noviembre, cuando empieza a sentirse el invierno sube lo más alto que puede y observa el paisaje a través de sus prismáticos. Esta es la forma de relajarse de Hans-Jörg.
LA PRIMAVERA REGRESA
Pronto llegará el momento de regresar al valle. Gerald siempre se alegra de regresar cuando llega el otoño. Pero en cuanto apunte la primavera, los Hotter regresarán a sus pastizales de montaña. Cuando la nieve se derrita lentamente en mayo, regresarán por la carretera con su ganado. En primer lugar hasta el Aste, su pastizal alpino situado a 1400 m, después subirán hasta los 1850 metros de altitud sobre el nivel del mar, de vuelta a su hogar en el Stackerlalm.